DAJABÓN, República Dominicana.- Con sus bultos al hombro, cientos de hombres, mujeres y niños haitianos caminaban en una inmensa fila hacia la frontera para ser deportados, luego de permanecer 24 horas atrincherados en una iglesia en demanda de regresar a República Dominicana para retomar sus trabajos, tras el periodo navideño.De los más de mil haitianos que se refugiaban desde el lunes en la parroquia Nuestra Señora del Rosario, con el apoyo del sacerdote jesuita Regino Martínez, sólo 100 pudieron quedarse en República Dominicana, mientras el resto fueron enviados a Haití.
La decisión de repatriar masivamente a los inmigrantes fue el resultados de un encuentro celebrado este martes entre Martínez, de la organización Solidaridad Fronteriza, el jefe del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront), Santo Domingo Guerrero Clase, el fiscal de Dajabón, Manuel Casilla, y el subdirector de Migración, Juan Isidro Pérez.
Guerrero Clase precisó que sólo se permitió quedarse en República Dominicana a aquellos inmigrantes que contaran con un carnet emitido por la Dirección de Migración para realizar labores agrícolas de forma temporal.
“No se puede permitir que un grupo de haitianos se refugie de manera ilegal en una iglesia para exigir que se les permita entrar al país”, advirtió el Guerrero Clase.
El oficial destacó que se debe "buscar una solución; si seguimos con esta situación, el año que viene serán tres mil, el próximo 300 mil, por lo tanto esto se puede volver un precedente, por eso le pido que nos aboquemos a solucionar este problema, y formar una mesa de dialogo para que no vuelva a pasar de nuevo".
El oficial detalló además que las autoridades migratorias solicitarán información a las propietarios de fincas agrícolas de la región para determinar si requieren el ingreso de más mano de obra.
Aunque aceptó la repatriación masiva, el sacerdote Martínez abogaba para encontrar una solución a los cientos de haitianos que –aseguraba- “tienen trabajo estable en República Dominicana”, pero habían ido a Haití para pasar la Navidad.
Martínez lamentó que cada año, cuando ocurren situaciones similares, las autoridades de Migración acuden para solucionar la coyuntura, prometiendo la emisión de carnets para los inmigrantes laborales, “pero nunca regresan y no se hace la carnetización”.
"Nosotros, los ciudadanos, no somos los que estamos traficando (indocumentados), son las mismas autoridades que los dejan entrar y se benefician con esos recursos y nosotros dentro de esa movilidad, tratamos de evitar muertes y atropellos", insistió el sacerdote.
Tras el encuentro entre las autoridades y Martínez, los cientos de inmigrantes que estaban refugiados en la iglesia fueron formados en una larga fila que de forma continua unía la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en centro de Dajabón, con el paso fronterizo.
"Todo documentado pueden ingresar y hemos sido flexibles, ya que la ley establece que debe tener un visa o residencia, pero nosotros hemos permitido en aras de mantener la armonía en la frontera, que cualquier que tenga un carnet otorgado por la Dirección de Migración y trabaje en una plantación de la zona puede entrar libremente", explicó Juan Isidro Pérez, subdirector de Migración.
El conflicto comenzó el lunes cuando los agentes apostados en el paso fronterizo de Dajabón impidieron el ingreso al país de varios autobuses que transportaban a los inmigrantes.
El director de Migración, José Aníbal Sanz Jiminián, explicó que los inmigrantes aprovecharon que el lunes se celebra en mercado fronterizo e ingresaron a la parroquia del sacerdote Martínez, en donde buscaron refugio.
Amenazan con demandar al sacerdote
El presidente del Consejo Nacional de Fronteras (CNF), Radhamés Batista, consideró este martes que las autoridades que tienen que ver con los asuntos migratorios pueden someter a la Justicia al sacerdote Martínez, por el delito de tráfico de indocumentados.
De acuerdo con el funcionario, es “incoherente” la actitud del religioso, ya que mientras denuncia la confabulación de las autoridades civiles y militares que protegen la frontera con el tráfico de indocumentados, “por otro lado practica esa acción delictiva a plena luz del día y ante los ojos de la sociedad.
“Nadie puede argumentar que estaba trabajando de este lado, que fue a visitar a sus familiares en el otro lado y que esto le da derecho a qu